viernes, 29 de agosto de 2008

Anathema - Hindsight

Anathema es uno de esas pocas bandas que ha permanecido conmigo desde que era un adolescente. A pesar de haber gastado esta música con cientos de escuchadas, y de conocerla canción por canción y letra por letra, nunca perdí el interés en ella. Los años pasaron y yo seguí escuchándola con cierta regularidad, en momentos reflexivos o bajo un humor melancólico. Ahora, después de tanto tiempo y tantos cambios, Anathema sigue siendo uno de mis grupos musicales favoritos.

Ya han pasado 5 años desde el último álbum estudio de la banda. Después de anunciar mil veces la grabación de un nuevo disco desde hace dos años, y ponerse radioheadescos con una producción independiente, finalmente lo sacarán a la venta este octubre, bajo el nombre de Horizons. Mientras tanto, nos han dado una compilación acústica de 9 canciones que comprenden el periodo desde Eternity hasta A Natural Disaster, más un track nuevo.

Ése es Hindsight. Normalmente, yo paso con las compilaciones, pero siempre me han llegado mucho las versiones acústicas y, en este caso, Anathema realmente renovó su viejo material, y lo hizo distinto. Y les quedó excelente.

El grupo realmente fue atinado con estas canciones. Lo que las hace especiales es la precisión con que manejan las sutilezas acústicas, y particularmente la atmósfera que crea el chelo de Dave Wesling, quien ya ha cooperado varias veces con la banda y, por supuesto, tiene una química estupenda con todos sus integrantes.

Hicieron una muy buena selección de canciones. Muchas de ellas son viejas favoritas mías, pero la verdad es que he llegado a preferir varias de estas nuevas versiones a las originales. Por ejemplo, los arreglos de cuerdas en "Flying" me parecieron mucho más efectivos que los ambientales de la original. "One Last Goodbye" -una canción especial por estar dedicada a la difunta madre de los hermanos Cavanagh- tiene un clímax muy profundo, con vocales sumamente emotivos y melodías de chelo penetrantes. "Temporary Peace" realmente da esa sensación de paz agridulce de la que habla; y "Angelica" fue una inclusión que me gustó mucho, no sólo porque le tengo un cariño muy especial, sino porque es bueno escuchar esta relaboración con guitarra acústica y vocales más firmes y menos melodramáticos.

"Fragile Dreams" es la canción más extraña del disco, ya que tiene un intro de más de un minuto de duración y confunde un poquito por ser una versión lenta y acústica de la pieza acelerada y obsesiva que todos conocemos. De cualquier forma, saca el lado más bello de la canción, y eso es bastante disfrutable. Por su parte, "Leave No Trace" es perfecta, sumamente conmovedora. Necesitan escucharla.

La canción inédita aquí es "Unchained (Tales of the Unexpected)". En ella, el chelo tiene el papel más relevante, y realmente brilla. Es un track corto, pero muy bonito, agradable y memorable.

En suma, me gustaron bastante todas las canciones de este álbum. Hindsight es indispensable para todo fan de Anathema, y estoy seguro que también llamará la atención de quienes no conocen del todo al grupo.

Incluyo aquí un link para bajarlo:

http://rapidshare.com/files/140889131/Anathema_-_Hindsight__2008_.rar.html

miércoles, 27 de agosto de 2008

Emilie Autumn


La música de Emilie Autumn tardó un poquito en entrarme. Escuché Opheliac el año pasado y me gustó bastante la canción título, por su histrionismo y la manera en que está construida, con tanta aceleración y vértigo, pero a la vez con mucho balance. Pero, después de esa canción, que era la primera del disco, ya nada me llamó tanto la atención, y decidí pasar. Como quiera, siempre me estuvo picando ese "algo" que después de un tiempo me hizo regresar al álbum y, ahora que lo he escuchado mejor, encuentro que tiene bastantes joyas.

La tipa es toda una cirquera (y se ha beneficiado bastante de su imagen, ya que tiene tienda de ropa y todo), pero, aunque su actitud a veces es exagerada y adolescente, no es ninguna tonta, y sus letras pueden ser ingeniosas y decentes. Su música tampoco es nada verdaderamente extraordinario, pero lo que la hace especial, al menos en mi opinión, es su calidad y su estilo bien definido.

Su primer álbum, On a Day..., es muy agradable, aunque sólo sea una compilación de piezas instrumentales de autores clásicos, combinadas con algunas de Emilie. Luego fue regrabado y publicado como Laced/Unlaced, que incluyó un disco adicional con piezas de violín con arreglos electrónicos. Es bueno.

Enchant no me gusta mucho, pero, en realidad, todo ese rollo del space rock nunca me ha entrado demasiado. Disfruto una que otra canción, como "Chambermaid" y "Rapunzel", pero a la larga me aburre mucho. Es bonito y etéreo, pero bastante monótono.

Opheliac es muy diferente, mucho más agresivo, y muestra toda una variedad de influencias. Para ser su primera incursión en el rock industrial, le salió bastante bien. El violín es diablesco, los arreglos electrónicos están muy equilibrados, hay mucha variedad en las canciones y el rango vocal de Emilie impresiona aquí. "Opheliac", "Liar", "I Want My Innocence Back", "God Help Me" son piezas realmente buenas.

Ya es medio conocida en el mainstream debido a su colaboración con Courtney Love y Billy Corgan, pero ella, rebeldosamente, ha querido permanecer indie con tal de conservar algo de libertad creativa. Eso se le puede admirar.

Digamos que, si les gustan bandas y artistas como NIN, Tori Amos, Depeche Mode, Faith & the Muse, Swans, The Dresden Dolls o incluso Peaches, quizás quieran darle una oportunidad a esta mujer. Sí, tan rara como suena esa combinación de estilos, funciona con Emilie Autumn.

Para los interesados, aquí incluyo un link para bajar Opheliac:

http://rapidshare.com/files/139931157/Opheliac__2006_.rar.html

martes, 19 de agosto de 2008

Calvin & Hobbes

Mi introducción a los cómics, cuando era niño, ocurrió con dos tiras que tienen un espíritu muy similar: Peanuts y Calvin & Hobbes. Ambos son tremendamente existenciales, revaloran la infancia, y pueden mostrar un humor cínico y sardónico, a la vez que una ternura conmovedora. Dentro de todo su humor, los dos cómics también expresan un tono que en ocasiones puede ser muy melancólico y penetrante. En cualquier caso, tanto como me gustan los pequeños monstruos inocentes de Peanuts, Calvin & Hobbes siempre ocupó el primer lugar para mí en este género.

Bill Watterson empezó a dibujar a Calvin & Hobbes en 1985 y decidió retirarlos en 1995, junto con su carrera como escritor y dibujante de tiras. Él nunca aceptó comercializar sus personajes de manera excesiva, y reprobaba lo que la industria hacía con otros cómics como Peanuts y Garfield, los cuales, por cierto, estaban entre sus favoritos. Misántropo, sensible y recluso como era, Watterson prefirió dejar a un lado las presiones de su medio y llevar una vida tranquila, retirando a Calvin & Hobbes justamente cuando estaban en un punto muy alto.

¿Quién podría reprochárselo? Si él sentía que Calvin & Hobbes habían dicho todo lo que tenían que decir, probablemente era cierto. ¿Para qué seguir con sus cómics, si, al final, correrían el peligro de trivializarse y continuar su vida como zombies, al igual que muchos otros?



Calvin es un niño solitario y algo misántropo, pero igualmente sensible. Su escape de la realidad ocurre a través de un tigre que representa sus propios instintos y su lado más sensible y cariñoso. Hobbes prácticamente es idéntico a Calvin, excepto en ese aspecto: él es quien mejor se relaciona con Susie (el amor reprimido de Calvin), quien pone a Calvin en aprietos con sus propias ideas y quien, muchas veces, muestra una actitud más centrada y sensata.



Calvin & Hobbes empezó con un humor bastante inocente, reflejando situaciones típicas de la infancia en donde los padres batallan con los hijos traviesos, los maestros con alumnos conflictivos, los niños con las niñas, etcétera:



Era un humor muy fino y efectivo, que exploraba mucho esta relación particular entre los padres con su hijo único, en la cual Watterson reflejó mucho sus propias vivencias infantiles (según sus mismas palabras). De hecho, la situación edípica es notable: si comparan los dibujos del padre de Calvin con los autorretratos caricaturescos de Watterson, la única diferencia está en el bigote del último.

Más tarde, Watterson empezó a explorar temas distintos y un tanto más complejos, con un acercamiento bastante atrevido, a través de un humor muy mórbido:



Esa tira critica la vida inútil, mecánica y carente de sentido del oficinista promedio. A la vez, da a entender el error por la expansión epidémica de este mal, que sería el pensamiento-masa: 6 mil millones de personas habitan el mundo, muchas de las cuales llevan vidas similares. Ni siquiera equipara al ser humano con las bestias, sino que las pone por encima de él: son éstas las que cazan hombres y se divierten con ello. Por supuesto, Watterson muestra también su indignación por el desdén del hombre hacia la naturaleza, dándole un vuelco irónico a la situación, cosa que, en cierta manera, incluso podría ser profética: la naturaleza se encuentra más allá de nuestro entendimiento y control, y ya varias veces ha demostrado que puede más que el hombre. Si uno se mete con ella, le puede salir el tiro por la culata.

Pero una de las tiras que más me impresionaron de niño y me sigue impresionando ahora, es la del mapache moribundo. Es una reflexión sobre la muerte sumamente profunda y conmovedora. La había olvidado, y la redescubrí hace poco. Sigo aprendiendo de ella:



















Esa tira habla por sí misma. No hace falta decir que Calvin & Hobbes son cómics únicos y excepcionales, y que perdurarán por mucho tiempo.

lunes, 18 de agosto de 2008

Justicia

La justicia es uno de los conceptos que más problemas me han dado en lo que llevo de vida. La razón de esto es evidente: la justicia no existe. Simplemente es un ideal que trata de prevenir la fragmentación total, tanto de la sociedad como del individuo.

La idea de justicia siempre se relaciona con la idea de orden. Pero, más que un orden, implica un "balance", un intento de establecer un equilibrio y una armonía. La diosa romana Justicia porta una balanza en su mano izquierda, instrumento que le ayuda a encontrar el equilibrio perfecto entre dos fuerzas opuestas. Dicho de otra forma, la labor principal de la justicia es la de mediar entre adversarios.

La justicia también otorga sentido, pues sus acciones principales son retribuir y compensar. Decimos que es justo que un hombre honrado obtenga recompensa, y que un criminal "pague" por sus fechorías. En el plano metafísico, hay quienes piensan que existe una especie de justicia superior, en la forma de un dios o de una fuerza kármica que premia o castiga a los hombres una vez que completaron su vida en este mundo. De eso no puedo estar seguro, pero, lo que sí puedo afirmar sin titubear es que, en nuestro mundo concreto, no existe ninguna justicia per se.



La justicia no bajó del monte Sinaí, así nada más. El sentido de justicia es inherente a la moralidad humana -es decir, a la consciencia-, y ha estado con la humanidad desde su surgimiento. ¿Y cuál es el origen de la moralidad? La mente humana misma. Dicen que la justicia es ciega, pero si la diosa tiene los ojos bendados es porque, para manejar su espada, necesita deshacerse de toda distracción externa y mirar "hacia dentro", buscar en el interior de su alma una solución al problema que retorne la armonía a las cosas, al menos en cierto grado. En otras palabras, la justicia es una función del sentimiento. Para que haya justicia, el hombre debe confrontar sus propias fuerzas conflictivas, de manera que pueda obtener una actitud centrada (es decir, en contacto con el centro de su propia personalidad) que lo ayude a resolver el problema concreto. Por supuesto, ésta puede ser una labor terriblemente complicada e incluso caótica. Entonces, para evitar caer en la confusión total, el hombre creó reglas.

Contrario a lo que se pensaría en primera instancia, la justicia no es una función del pensamiento racional. El intelecto entra en juego sólo en la creación de reglas, en el establecimiento de un sistema, que atiende lo general y se basan en experiencias concretas, dentro de un contexto determinado. Pero, según dice la sabiduría popular, "las reglas fueron hechas para romperse". William Blake incluso llegó a decir que no puede existir la virtud sin romper los diez mandamientos cristianos, cuyos principios éticos -es seguro decir- son universales. La "auténtica" justicia, como función sentimental o emotiva, es bastante relativa a la situación particular en que debe ser aplicada. Y, dada la impredecibilidad de las circunstancias y posibilidades, ningún conjunto de leyes humanas podría tenerlas en cuenta a todas. Entonces, toda ley, tomada por sí misma, es potencialmente falible. En su esencia, las leyes están basadas sobre principios morales, todos ellos con un valor absoluto que define su esencia, pero también con un valor relativo a la situación concreta en que se aplican. ¿Cómo solucionar este rompecabezas? ¿Cómo crear la "ley perfecta"?

No se puede. Se han hecho intentos para lidiar con el aspecto subjetivo de la ley, como la jurisprudencia y otras medidas, pero, en general, el dinamismo de la moral equivale al dinamismo del alma, por lo que sería imposible trazar un mapa o código que lo describa por completo y anticipe todo tipo de situaciones. Pero me estoy adelantando mucho.

¿Por qué la justicia no existe, en primer lugar?

Porque la idea de armonía o balance es un ideal inverosímil, meramente retórico. Ninguna relación de poder puede ser descrita como un "equilibrio", ya que siempre habrá un dominio relativo de un lado sobre el otro; lo único que se puede hacer es crear una especie de entendimiento. Este entendimiento exige una recompensa, en el caso de un logro positivo, y un castigo en caso de un crimen. En cualquier situación, el principio que opera es el de "compensación". Si gastaste tus energías o te sacrificaste honestamente, "mereces" una re-compensa, algo que otorgue un sentido a la acción realizada y permita su repetición o progreso. Si, por el contrario, se realizó algo indebido, la compensación aparece en la forma de castigo. Pero eso, en prácticamente todos los casos, no se restablece el orden anterior. Por lo tanto, la idea sería crear un orden nuevo, que en cierta manera resulte satisfactorio para las partes afectadas. Pero el punto es que el viejo orden es irrecuperable y, por lo tanto, la compensación es ilusoria.

También por eso Justicia carga con una espada. El mismo Jesucristo dijo "No he venido a traer la paz sino la espada". La justicia implica un proceso de lucha: la espada sirve para cortar los obstáculos que oscurecen la visión centrada. Sólo después de esta lucha se puede obtener la paz, e incluso entonces es relativa. Si se ve el rostro de la diosa, aparece meditativo, como en trance. Eso se explicaría por la búsqueda interna, pero hay algo más. La expresión de Justicia también es triste. No hay lucha sin heridos, ni guerra sin bajas. Buscar la justicia no es cosa sencilla, y menos aún feliz. Las excepciones son pocas. Además, siempre hay que tener en cuenta que unida a la idea de justicia, siempre está la del perdón, de la compasión (sentir junto con), que justamente es la que hace que todo sea tan difícil.

Quizás por eso decimos que "la vida no es justa", que muchas veces no obtenemos las compensaciones que querríamos. Pero, luego, hay que recordar que la justicia es cosa de humanos, y no de la naturaleza misma.

jueves, 14 de agosto de 2008

Libros importantes

Es curioso que, cuando me pregunto qué libros o autores han influido más en mí, muy pocos vienen a mi cabeza. A pesar de que tengo una licenciatura en letras, soy un lector ávido y tengo una dedicación muy considerable al ámbito académico, son muy pocos los escritores a los que les tengo un cariño especial. Es decir, hay decenas de libros que me han ayudado a moldear mi pensamiento, pero sólo a unos cuantos les tengo un aprecio muy particular. No sé si sea mi tipo de personalidad, el hecho de que soy una persona poco impresionable, pero, por ahora, sólo puedo pensar en estos libros:

El hombre y sus símbolos, de Carl Gustav Jung. Fue mi introducción a la teoría junguiana. Y, en realidad, fue un libro escrito a manera de introducción para el lector común. Digo que es para el lector común ya que, en realidad, cualquiera podría comprenderlo, tan complejas como son las ideas que se exponen aquí. De hecho, Jung quiso hacer este proyecto después de un sueño que tuvo, en donde se vio a sí mismo enseñando sus ideas en medio de una plaza, a los paseantes de un parque, es decir, a la gente común. Este libro contiene el último ensayo que escribió el psicólogo suizo y el cual terminó de revisar un par de meses antes de su muerte. Además, contiene ensayos complementarios de varios de sus colegas y discípulos más cercanos, por lo que muestra un panorama muy completo de la psicología analítica. Éste fue un libro clave para mí, que cambió bastante mi vida y mi pensamiento. Lo puedo decir con toda seguridad, a cuatro años de haberlo leído.

La noche de San Juan, de Mircea Eliade. Una novela larga y densa, tanto en el plano intelectual como en el emocional. Aquí, Eliade desarrolla mucho sus ideas filosóficas y religiosas, que tienen que ver con el tiempo, la historia (y el intento del hombre por refugiarse de ambos), los encuentros significativos, el destino y, además, un existencialismo muy sui generis. No todos los personajes son muy simpáticos que digamos (en realidad, son todo lo contrario) y muestran un absurdo existencial increíble; es decir, construyen el absurdo de una manera infantil y lo extienden al extremo. La situación sentimental de varios de ellos dejó una impresión en mí, y hasta el momento sus historias me vienen a la cabeza con cierta frecuencia. También hay algo de política aquí, pero más que nada es una especie de aclaración (entiéndase una disculpa) por parte de Eliade acerca de lo que pensaba de la Guardia de Hierro. Además, es un lamento por la Europa del Este en tiempos de guerra y posguerra.

Amor y Voluntad, de Rollo May. Una obra clave de uno de los fundadores de la psicoterapia existencial. Éste es un libro muy ameno y sumamente profundo. Explora los principales conflictos psicológicos del hombre moderno, su condición cada vez más esquizoide y fragmentada, su visión torcida del amor y cómo esta situación mina constantemente las bases de su voluntad. El panorama que presenta no es nada agradable, y de su descripción se infiere un futuro extremadamente sombrío para el hombre. No obstante, el tono de este autor básicamente es positivo (entendiéndose por esto que no es derrotista, a la vez que tiene los pies sobre la tierra, sin recurrir a fantasías estériles) y expone sus ideas de una manera muy personal y sincera. Éste es un libro que podría recomendarle a cualquier persona.


Otros autores me vienen a la mente, como Irvin D. Yalom, Ursula Le Guin, Jesús Ferrero, Haruki Murakami, Mijaíl Bulgakov, George R. R. Martin y Fred Vargas, pero tengo que ordenar bien mis ideas acerca de ellos. Quizás continúe en otro post.

martes, 12 de agosto de 2008

Absurdo

Estaba pensando en algo que leí hace tiempo, y que me impresionó bastante. El problema es que, cada vez que lo cuento, nadie se lo toma demasiado en serio; me han dicho "ya sácala", "ya déjala", o "esas son mamadas". Bueno, es comprensible, porque es una teoría muy extraña y complicada. Pero, por lo que sé, hasta el momento no ha podido ser refutada, aunque sigue habiendo mucha confusión alrededor de ella.

Me refiero a los estudios sobre la independencia del continuo que hizo el matemático Paul Cohen, basado en las investigaciones de Kurt Gödel. Él trabajó sobre la hipótesis de continuo de Cantor, un constructo geométrico-aritmético que coloca los conjuntos numéricos en ejes espaciales infinitos. Gödel demostró que la hipótesis del continuo no puede ser refutada desde el axioma de Zermelo-Fraenkel. Sin embargo, Cohen demostró que la hipótesis tampoco puede ser probada, tomando en cuenta el mismo axioma. Ok, tenemos aquí una aparente contradicción, y lo más lógico sería pensar que el axioma de ZF está errado de alguna manera. Pero no es verdad. El axioma de ZF es consistente en ambos casos. Básicamente, Cohen probó que, tanto si se aplica o no el continuo de Cantor a las teorías de conjuntos numéricos, éstas resultan coherentes. Las implicaciones de este descubrimiento son, por falta de un mejor término en español (que se me ocurra), mindblowing.

En realidad, Cohen demostró que todo sistema lógico es, en esencia, indecidible. Es decir, subjetivo, paradójico, que aplica y a la vez no aplica.

Entonces, si la lógica es así de inestable (cosa que también ha sido probada en astrofísica y física cuántica), ¿cómo demonios se puede sostener nuestra realidad? La verdad es que, dada la evidencia, el universo no debería existir.

Después de estudiar los descubrimientos de Cohen, Gödel especuló que, para que nuestra realidad se sostenga, es necesario que tenga como base otra realidad "bien definida". Ahora, ¿les suena esto familiar?

Esta idea ha sido planteada desde hace milenios, por Pitágoras, Platón, los neoplatónicos, los cabalistas, los budistas, los taoístas, los alquimistas, los gnósticos, etcétera. La verdad es que todo sistema religioso comparte esta idea de una realidad "bien definida" que sostiene nuestro mundo, el cual es visto como defectuoso y absurdo, un lugar al que nosotros, los hombres, caímos después de perder la gracia. Ahora, si se quiere una perspectiva más "empírica", menos especulativa, se puede tomar en cuenta la teoría junguiana, y el mundo mental arquetípico, cuyo paralelo con esta otra realidad salta mucho a la vista.

Entonces, nuestro mundo es un absurdo, pero, a través de sus paradojas, podemos llegar a vislumbrar algo de esa otra realidad que le sirve de base. Eso explicaría bastante, ¿no?

lunes, 11 de agosto de 2008

Megalodon

Anoche tuve un sueño. Estaba en un viejo y muy resistente barco de pesca, de regreso de largas y pesadas semanas en Alaska. Me decía que no lo había hecho tan mal para un viejo marinero de hojalata: varios cientos de kilos de cangrejo, a costa de algunas heridas y golpes. Cojeaba un poco y tenía las manos quemadas, por no haber utilizado guantes, como debí, y además los cangrejos me las habían pinchado bastante. Dolían. Iba vestido como pescador típico: sudadera, gorro, pantalones gruesos, grasosos y rasgados, botas manchadas por la humedad, barba de varios días, no me había bañado.

La barca iba de regreso por el Pacífico, y estábamos llegando a aguas cálidas y tranquilas. Cielo despejado, mar cristalino, yo fumaba un cigarrillo. Pero luego surgió una silueta enorme bajo el agua, muy cerca de la barca, y por encima de la superficie salió una aleta gigante. Era un jodido megalodon que estaba rondando el barquito.



Ya había soñado con el megalodon hace años, pero no recuerdo bien esos sueños. El megalodon es una especie de tiburón prehistórico, antecesor del actual tiburón blanco. Vivió entre 18 y 1.5 millones de años atrás, llegó a medir hasta 18 metros de longitud y sus mandíbulas extendidas daban un espacio de mordida de hasta 2 metros. Sus dientes llegaban a medir hasta 18 centímetros en diagonal, y los tenía en hileras de 3 en la parte anterior y 7 en la posterior. Era mucho más agresivo que el tiburón blanco, se alimentaba de ballenas, y habitaba las aguas cálidas de todo el mundo.

¿Y qué significa, en términos simbólicos? Evidentemente, una angustia de castración grande. Pero creo que va más allá de eso. Digo, mi pene no es lo único que se encontraría amenazado por una bestia de ese tamaño. Un megalodon es capaz de hacerme papilla, de destruir todo mi ser.

Es un animal primitivo que mora en las aguas cálidas, en las capas superiores del océano. Son tendencias destructivas que se encuentran apenas por debajo de la consciencia, a la cual justamente amenaza. Es similar a un monstruo lovecraftiano, un ser que ha dormido por tiempo inmemorial y que se despierta cuando uno menos lo espera. La diferencia es que éste no es un alienígena ni un dios, sino una simple bestia antigua. Representa algunos de mis peores temores, los más irracionales, de disolución completa del ser.

Y, si en mi sueño me la pelé pescando cangrejos, imagínense esto, que es mil veces peor que Moby Dick. El sueño, como muchos otros que he tenido últimamente, no tuvo conclusión. El megalodon simplemente se mantuvo por ahí dando vueltas y todo quedó medio incierto.

Pero lo que me consuela es que, después de todo, el megalodon es un animal extinto. No es un monstruo real, es un fantasma conjurado por criptozoólogos. Una falacia exagerada y sensacionalista. No debería darme miedo un espectro. Sólo es real en la medida en que yo le permita serlo.

viernes, 8 de agosto de 2008

SoulCalibur IV

Recuerdo que, cuando tenía 15 años, varios amigos y yo pasamos muchas tardes jugando el primer SoulCalibur, para Dreamcast. Fue un gran juego, todo un éxito y un parteagüas en los juegos de pelea, con un gameplay complejo y un excelente diseño de personajes, algunos de los cuales incluso pasaron a otros juegos. Tuvo un par de secuelas para las consolas de sexta generación y las arcades, ambas exitosas. En realidad, yo rara vez las jugué, pero me pareció notable que siguieran con el mismo espíritu y estilo. SoulCalibur IV simplemente es otro paso evolutivo del juego, hacia las consolas de séptima generación.



Me compré la versión para PS3 y me ha dejado bastante satisfecho. La promoción del juego se basó en la inclusión de personajes de Star Wars: Yoda en la versión de Xbox 360, y Darth Vader en la de PS3. Además, ambas contienen un tercer personaje: el Aprendiz de Darth Vader, quien es el protagonista de Star Wars: The Force Unleashed, un juego de Lucas Arts que saldrá a la venta el mes que viene. Por supuesto, no he jugado como Yoda, pero Darth Vader es un poco decepcionante. Es un tanto lento en sus movimientos, que por otro lado son algo genéricos, y apenas usa la Fuerza. Sólo está ahí por el placer de poder jugar como Darth Vader. El Aprendiz, por su parte, es una historia distinta. Él es uno de los personajes más poderosos de SoulCalibur IV: es demasiado ágil y utiliza la Fuerza sin muchas restricciones, lo cual lo hace un oponente realmente complicado, cualquiera que sea el nivel de dificultad que se escoja. Es una muy buena adición al juego.

Las otros dos personajes que hacen su debut aquí son Hilde y Algol. Hilde es una princesa guerrera medieval, medio modelada a la Juana de Arco, que utiliza una lanza y una espada corta, lo cual hace que sus ataques sean muy versátiles. Algol, por su lado, tiene un diseño excelente, que deja toda una impresión: un rey guerrero de una civilización perdida, de porte imponente y que puede utilizar tanto a SoulCalibur como a Soul Edge. Con Algol uno puede apreciar el excelente trabajo de animación que hicieron con este juego, la meticulosidad del diseño y sus detalles.

Por supuesto, el resto son personajes recurrentes de la serie, junto con algunos personajes bono, que en total suman 33. Los viejos favoritos Yoshimitsu, Maxi, Sophitia, Mitsurugi, Kilik, etcétera, están todos ahí. Descontando unos pocos clones inútiles, hay una variedad de personajes verdaderamente satisfactoria aquí, todos ellos con diversos estilos, armas, ataques, ventajas y desventajas.

El gameplay está muy equilibrado, me gustó bastante. Todos los personajes siguen un mismo esquema de controles (incluyendo algunos combos), por lo cual el juego se vuelve muy accesible para cualquier principiante. Puedes llegar lejos aquí simplemente oprimiendo botones y esperando que ocurra lo mejor, dejándote llevar por pura intuición. Y, no obstante, hilar una serie de combos y hacer los movimientos más avanzados requiere de cierta técnica. Por lo tanto, el juego resulta muy divertido en reuniones o fiestas, dada su accesibilidad. Y, quien desea un mayor reto, también puede obtenerlo al tratar de dominar todo tipo de movimientos y trucos.

Otra adición al juego es el sistema de armadura destruible: si bloqueas demasiado, se te destruirá una parte de tu armadura; esto puede llevar a una condición de vulnerabilidad que permita el "Critial Finish", un movimiento final al que le quisieron dar mucha espectacularidad, pero, en realidad, es decepcionante y tiene muy poco impacto.

El juego tiene diferentes modalidades. Para el jugador solitario, están los modos conocidos de Historia, Arcade y Entrenamiento, además de uno nuevo, Tower of Lost Souls. La modalidad de Historia es, a la vez, buena y decepcionante. No hay desarrollo de las historias de los personajes; simplemente te ponen a leer un texto aburrido al principio de cada campaña, y el resto son cutscenes cortas y muchas veces repetidas. Pero lo que me gustó de esta modalidad es su baja dificultad: terminar la campaña de cada personaje apenas toma 10 ó 15 minutos, y así uno gana dinero y logra desbloquear personajes, escenarios, equipo y armas fácilmente. Me tardé menos de 2 horas en desbloquear a todos los personajes, lo cual es genial, puesto que lo primero que uno quiere hacer es reunirse con amigos y tener la posibilidad de jugar con todos los personajes.



Arcade es un tanto más difícil, pero el que se lleva el premio es Tower of Lost Souls. Esta modalidad consiste en un ascenso y descenso de dicha torre. Es una especie de modo de sobrevivencia, donde el jugador debe combatir a una serie de enemigos que parece interminable, sin que en ningún momento se reabastezca su barra de salud. Por cada piso limpiado de enemigos, se desbloquea un nuevo accesorio o arma, que aparece disponible en la tienda, y sirve para la creación de personajes personalizados. Pasar esta modalidad de Tower of Lost Soul es un auténtico reto, y requiere de mucha dedicación.

Una de las mejores adiciones al juego es la posibilidad de crear un personaje propio. Por supuesto, estos siempre están basados en los existentes, pero se puede personalizar sus equipos y armas, de manera que se puede crear un guerrero sumamente especializado, balanceado o simplemente ridículo. No obstante, es imposible diseñar uno invencible, puesto que, por cada atributo que se le otorgue, otros disminuyen. Es un sistema muy bien planeado y efectivo; y, sobre todo, es divertido.

Finalmente, la mayor novedad del juego es la capacidad para jugarlo en línea, a través de Xbox Live o PSN. En realidad, yo sólo lo intentado una vez y estuvo divertido, si bien puede ser frustrante en ocasiones, debido al lag. En cualquier caso, sigue siendo una excelente adición.

En suma, este juego muestra un avance muy lógico en la evolución de las series, más unas cuantas adiciones bienvenidas, que, si bien en manera alguna cambian o revolucionan el modo de juego, mantienen mucha calidad y, lo que es más importante, divierten mucho.

martes, 5 de agosto de 2008

La tercera virgen


La tercera virgen es la novela de Fred Vargas (pseudónimo de Frédérique Audoin-Rouzeau) que más recientemente ha sido publicada en español. Soy un gran fan de esta autora, y, aunque solamente he leído tres de sus libros (incluyendo éste), todos me han dejado muy satisfecho e impresionado.

La tercera virgen continúa casi inmediatamente después de Bajo los vientos de Neptuno. El comisario Adamsberg sigue con su turbulenta vida personal y profesional después de los traumáticos eventos de aquella última novela. Como siempre, tiene un caso de lo más extraño y complicado ante él. Una mujer ha asesinado a un par de hombres y ha profanado un par de tumbas. De la manera más rara, estos hechos comienzan a hilarse con la muerte de algunos ciervos, el robo de unas reliquias, el escape de prisión de una anciana maniática y disociada, un curioso conjuro del siglo XV, y la figura fantasmal de una monja que se aparece en el recién adquirido recinto de Adamsberg. Además, un hombre de su pasado, con bastante resentimiento, se infiltra en las filas de la Brigada de París y ayuda a enredar más las cosas.

Todo se escucha excesivamente complicado, pero el talento de Fred Vargas justamente consiste en tomar algo inverosímil, o incluso cosas cliché (como en Bajo los vientos de Neptuno), y transformarlo en algo completamente único y original. Sus novelas siempre están llenas de twists muy bien logrados. Su técnica narrativa es impecable. Sabe cómo involucrar al lector no sólo en el misterio policiaco principal, sino en múltiples enigmas que se desarrollan simultáneamente en las vidas personales de los personajes, y que poco a poco se van entrelazando con los crímenes que investigan. Por ponerlo de otra manera, maneja muy bien el simbolismo, el reflejo entre lo interior y lo exterior, cosa que le imprime mucha sustancia a la obra.

Las novelas de Vargas no son nada predecibles. Justo cuando uno piensa "ajá, ya lo tengo, ya sé quién fue, ya sé lo que pasará", la autora sorprende con un twist completamente inesperado, pero muy bien pensado y justificado. Le encanta engañar a los lectores, y lo sabe hacer muy bien. Ciertamente, hay cosas que pueden parecer bastante inverosímiles, pero aquí hay que tener en cuenta el dilema del que habló Umberto Eco, y saber distinguir entre lo inverosímil y lo improbable. Vargas lo justifica todo, se documenta en hechos y casos comprobados, si bien excepcionales; es decir, lo que, en sus novelas, puede parecer muy fantástico, siempre está basado en sucesos que ocurrieron realmente en nuestro mundo. El problema pudiera ser que, tomado en conjunto, tal vez todo lo que describe vaya un tanto más allá de lo creíble, y raye en lo surrealista. Pero, en cualquier caso, eso es justamente lo que le da un toque especial a su literatura.

Lo que trato de decir es que, básicamente, Vargas puede obtener un equilibrio muy fino entre lo cliché, lo que todos querríamos ver, y lo original, profundo y auténticamente sustancioso. Sé que suena raro, pero precisamente es lo que esta escritora hace. No me pregunten cómo. Es una genio.

Por cierto que con esta novela hay que ser un poco pacientes. Las primeras 100 páginas son algo lentas, y en ellas sólo se introducen los personajes, viejos y nuevos, se establece el contexto, el crimen básico, los escenarios, etcétera, pero todo ocurre de una manera un tanto enigmática y con un ritmo ligeramente cansado. Francamente, medio me aburría en partes y comenzaba a hartarme de los diálogos crípticos de Adamsberg, pero seguí el consejo de Eco, acerca de aguantar las primeras cien páginas, pues no suelen ser iguales al resto y, en cambio, son indispensables para poder entender la obra en todo su sentido, puesto que establecen la base del mismo. Y así fue. Pasando la página 100, la novela adquiere un ritmo completamente distinto, mucho más fluido y, a partir de entonces, uno no puede evitar picarse con esto.

Extraño título que editorial Siruela le dio, considerando que el original es Dans les bois éternels, que significa En el bosque para siempre (según me dijeron), pero, en cualquier caso, La tercera virgen aplica bien, aunque se aparte mucho del original francés.

En fin, es una novela excelente, con mucha sustancia y entretenimiento. Saqué un montón de citas geniales de aquí, por cierto. La puedo recomendar ampliamente.

domingo, 3 de agosto de 2008

Dragon Down


Hace tiempo, un amigo me pasó este disco, Dragon Down, de Tribeca, al cual describió como "pop marica", pero denso y oscuro. Y ciertamente de pop marica tiene mucho: es pop electrónico bastante pegajoso con vocales masculinos suaves y un tanto afeminados. Pero me pareció buena música dentro de todo, interesante, equilibrada y muy bien producida.

Como quiera, no le presté demasiada atención hasta hace unos días, y sí me impresionó un poco. No creo que haya muchos grupos como éste ahí afuera. La primera canción, "La la la etc.", tiene letras cursis, pero lo que cambia todo es la ironía: líneas como "So I love you / I guess that's a good thing", el coro "La la la la la la la" cantado en un tono muy sombrío, entre otras cosas, dan una sensación algo extraña.

Conforme avanza el disco, los temas se vuelven más obsesivos. He leído varias críticas donde los califican como "angustia adolescente", pero yo creo que va más allá de eso. Más que nada, describen una ansiedad enorme por llegar a establecer una relación amorosa ideal, pero las cosas se obstaculizan hasta llegar a una obsesión muy profunda, con bastante hostilidad e incluso un fatalismo mórbido. Normalmente no me concentro mucho en las letras de las bandas que escucho, pero en este caso están totalmente unidas a la música, y prácticamente la definen.

Todo el disco es un bucle de frustraciones, con sólo dos líneas positivas: "But given time we will heal and survive / We will strike this dragon down". Y tiene sentido, puesto que hay mucha tensión entre el ideal y la esperanza, y la desesperación y la ironía. Hay mucho sentimiento de culpa y agresión. Las líneas más sorprendentes del álbum dicen: "she folded like a swiss-army knife / I took her twice from behind, then I broke her spine".

Una cosa muy enferma y densa, pero, si me lo preguntan, vale la pena escucharla. Aquí incluyo un link para bajar el disco:

http://rapidshare.com/files/134397014/dragon_down.rar.html