martes, 3 de junio de 2008

Gyms

Tengo un amigo al que le dio por ir al gym, desde hace rato. Dice que la hora del gym es uno de sus momentos más felices del día, que lo hace sentir vivo. Hace tiempo, cuando estaba hablando de eso, me dijo: "Es que ya no me queda otra cosa". Ese comentario me sacó de onda. "¿Qué? No entiendo." -"Sí, es que no music, no vieja, no futuro..."

Eso se escuchó deprimente, y no es que lo considere una persona depresiva; en realidad, es bastante vitalista. Lo que tiene es una melancolía de lo más común. Como sea, creo que comienzo a comprenderlo. El gym al menos da algo en qué entretenerse, y supongo que el oxígeno ayuda a despejar un poco la mente y a sentirse más enérgico. O algo. Sí, imagino que la gente que se precia a sí misma trata de mantenerse en forma. Y quienes no, al menos se evaden con el ejercicio.

Hace un año terminé una dieta muy severa, en la que pude bajar 17 kilos. No; no soy un elefante. Mi complexión ayuda a disfrazar la obesidad. En serio. Supuestamente me faltaba bajar otros 8 kilos o algo así para llegar a mi peso ideal. La gente empezaba a decirme (y les creía) que si bajaba todo eso, me vería famélico, con todo y que pesaría 82 kilos. En fin, terminé la dieta sin problema, la nutrióloga estaba contentísima conmigo y con mi disciplina, pero luego me valió verga. Digamos que me mantuve en los 90 kilos por alrededor de unos 5 meses. Después, ya no me importó, y ahora -aunque no llego a mi grado de obesidad anterior- seguro que estoy cerca de los 100 kilos. No me he pesado; no tengo báscula.

Como sea, reinicié mi dieta hace poco, aunque sin la severidad terrible de la pasada y sin ninguna medida de control. Simplemente la sigo en un grado un poco menos... pues pinche. Porque antes debía desayunar licuados insípidos y hacer "desintoxicaciones" (pura yerba, jugo y un poco de pollo) cada dos semanas. En fin, creo que se empiezan a notar los resultados.

¿Valdrá la pena ir al gym, entonces? Aunque sea por motivos similares a los de mi camarada. Hace 10 años que dejé todo tipo de ejercicio. Mi estómago está tan flácido como el de Robert DeNiro, y eso que él me lleva como 40 años. En fin, lo consideraré.

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