martes, 27 de enero de 2009

Este blog se muda

Decidí terminar con Blogger. Voy a continuar el blog en:

http://cazandoelefantes.wordpress.com

Como quiera dejo visible todo lo que escribí aquí.

lunes, 19 de enero de 2009

Beirut

Me topé con esta banda hace poquito y me encantó. El mastermind de este grupo es un tal Zach Condon, un gringo de 23 años enamorado de la música balcánica, la cual ciertamente entiende muy bien. Beirut toca un folclor europeo oriental combinado con un poco de pop. Los instrumentos que más utilizan son el ukulele, la trompeta y el acordión, además de percusiones suaves y algo de piano. Los vocales son igualmente suaves y las melodías finas y bonitas, no se diga pegajosas. El humor es melancólico la mayor parte del tiempo, aunque también tienen piezas más animadas.

Les comparto el EP Lon Gisland, que contiene una de sus mejores canciones, "Elephant Gun"; y su segundo disco, The Flying Club Cup, cuyas canciones (según dice Condon) están inspiradas en diversas ciudades y pueblos franceses (supongo que exceptuando la que se titula "Guaymas, Sonora"). Es música muy elegante, bonita y armoniosa. Si les gusta el folk de Europa Oriental, les recomiendo que chequen a este grupo.

Bajen los discos aquí.

Éste es el video para "Elephant Gun":

The Least Perceptive Literary Critic

The most important critic in our field of study is Lord Halifax. A most individual judge of poetry, he once invited Alexander Pope round to give a public reading of his latest poem.

Pope, the leading poet of his day, was greatly surprised when Lord Halifax stopped him four or five times and said, "I beg your pardon, Mr. Pope, but there is something in that passage that does not quite please me."

Pope was rendered speechless, as this fine critic suggested sizeable and unwise emendations to his latest masterpiece. "Be so good as to mark the place and consider at your leisure. I'm sure you can give it a better turn."

After the reading, a good friend of Lord Halifax, a certain Dr. Garth, took the stunned Pope to one side. "There is no need to touch the lines," he said. "All you need do is leave them just as they are, call on Lord Halifax two or three months hence, thank him for his kind observation on those passages, and then read them to him as altered. I have known him much longer than you have, and will be answerable for the event."

Pope took his advice, called on Lord Halifax and read the poem exactly as it was before. His unique critical faculties had lost none of their edge. "Ay", he commented, "now they are perfectly right. Nothing can be better."

-- Stephen Pile, The Book of Heroic Failures


Si están usando Ubuntu, escriban el comando "fortune" en la terminal tantas veces quieran, y les dará cientos de joyas como ésta.

jueves, 15 de enero de 2009

Hablando de Batman...

Les comparto 5 buenos cómics de Batman. Para poder verlos, necesitarán usar programas como el Comical para Windows y OSX, o el Comix, para Linux.


Arkham Asylum. No conozco otro cómic de Batman que esté tan bellamente ilustrado como éste. El trabajo artístico es meticuloso, lúgubre, lleno de detalle, onírico, aprehensivo y claustrofóbico. Arkham Asylum tiene algunos de los dibujos de The Joker más atemorizantes que he visto. Visualmente, es perfecto (aunque la portada no me gustó tanto). Batman entra a Arkham como parte de un trato con los locos que tomaron el sanatorio: él a cambio de los rehenes que mantienen dentro. Una vez ahí, el Caballero Oscuro tiene que lidiar con su propia locura. Además, revela la historia de la fundación del lugar. Es una buena narración, y aunque trata un tema que sin duda pudo ser mucho más exprimido, lo que aquí se cuenta es bastante memorable.

Bájenlo aquí.


Vampire Trilogy. Supongo que era inevitable sacar una historia de Elseworlds donde Batman peleara contra vampiros. Y les quedó excelente. La brutalidad y el erotismo de los vampiros son muy bien elaborados aquí, incluso con una narración tipo gótica. Ahora que, si bien la batalla del primer cómic entre Batman y Drácula es épica, los siguientes dos números no son menos interesantes: cuentan la lucha interna de Batman, entre su ira y sed de venganza aumentados por los instintos vampíricos, y su estoico sentido del deber. Por supuesto que es cliché, ¿pero qué más esperaban? Como sea, esos clichés fueron tratados de la mejor manera. Esta trilogía vale mucho la pena.

Bájenla aquí.


Castle of the Bat. Otra historia de terror de Elseworlds, pero esta vez con el tema de Frankenstein. Está situada en la Alemania de 1820, donde Bruce Wayne es un médico loco que crea el monstruo Bat-Man, en un intento de regresarle la vida a su padre. No voy a decir que no se sacaron varias cosas del trasero para crear la historia de este cómic, pero es bastante entretenida y tiene muy buenas ilustraciones. Es una lectura curiosa y divertida.

Bájenla aquí.


Gotham by Gaslight. Y una más de Elseworlds. Ahora Batman se enfrenta a Jack el Destripador, en la Ciudad Gótica de 1889. Bruce Wayne acaba de regresar de su entrenamiento en Europa (hasta Sigmund Freud hace un cameo), dispuesto a convertirse en Batman. Pero comienzan los asesinatos de prostitutas y la cosa se complica. Aquí el estilo es más noire que en la mayoría de los cómics de Batman. Tiene un ritmo muy fluido y entretenido, y las ilustraciones no podrían ser más apropiadas. Por supuesto, no es ningún From Hell, pero la historia funciona, sin ser cosa del otro mundo. Es otro cómic entretenido.

Bájenla aquí.


Death Mask. El manga más reciente de Batman, en blanco y negro, y se lee de derecha a izquierda. El feel de este cómic es totalmente japonés y tiene elementos sobrenaturales; en ese sentido es algo muy distinto de lo que solemos ver en Batman. Trata acerca de un breve periodo que Bruce Wayne pasó en Japón, y cómo lo sucedido en ese entonces regresa para destruir a Batman desde dentro. La historia es predecible, sigue camino conocido y no le faltan sus clichés, pero tiene bastante emoción y muestra algunas cosas refrescantes para las series de Batman. No está mal.

Bájenlo aquí.

domingo, 11 de enero de 2009

Batman: A Death in the Family

En lo personal, nunca me ha gustado Robin. No sé cuál haya sido la intención de Bob Kane para introducirlo como el patiño de Batman: a lo mejor pensaba que el concepto de Batman era demasiado oscuro, o quizás quería hacer más kid-friendly al cómic. Tal vez sólo fue producto de sus fantasías pedófilas y homosexuales. Quién sabe. El caso es que este personaje irritante, de traje colorido y sin pantalones, que sólo usa un antifaz para cubrirse el rostro, se volvió demasiado icónico a través de las edades de oro, plata y bronce de los cómics.

Pero luego llegó la edad moderna. Frank Miller escribió The Dark Knight Returns y Year One. La personalidad de Batman se volvió más complicada. ¿Cómo alguien podía combatir al crimen al lado de este vigilante frío, amargado y medio psicótico? Respuesta: no se podía. Dick Grayson, al también volverse un personaje multidimensional, optó por la emancipación y se convirtió en Nightwing. ¿Pero cómo podía Batman quedarse sin el homoerotismo de un niño vestido de pajarito? ¡Impensable! Fue entonces que Jason Todd entró en escena como el sustituto de Dick.

Pero Jason Todd no complació a los fans. Era impulsivo, con demasiada angustia adolescente, medio torpe. Aburría mucho a la gente. Así es que DC soltó un número de teléfono para que los fans votaran por su muerte o por su continuidad dentro de los cómics. Más de 5 mil personas pagaron sus llamadas para votar por que muriera. Así es como en 1988 surgió Batman: A Death in the Family, la serie de cómics que cuentan los eventos que llevaron al asesinato de Jason Todd por parte de -quién más- The Joker.

Como todos los fans de Batman saben, la muerte de Jason Todd dejó marcado a Bruce Wayne de por vida, volviéndolo todavía más amargado y paranoico. El shock y la influencia que la muerte del segundo Robin en la historia del Caballero Oscuro han hecho que A Death in the Family aparezca en muchas listas de "los mejores cómics de Batman". Por supuesto, uno esperaría que fuera una serie tremendamente sombría y emocional. Después de todo, están matando a Robin, un icono de DC. Pero, la verdad, es un cómic bastante estúpido.



¿Cómo murió Robin, entonces? Al principio, vemos a un Jason Todd más irritante que nunca, enojado a todas horas y portándose imprudente frente a sus enemigos. Batman se enfada y lo manda a su cuarto, quitándole su permiso para ser Robin. Jason da un paseo por su antiguo vecindario y una vecina lo reconoce. Le da varias cosas de su vieja casa que ella pudo recuperar antes que la gente de Goodwill legara para llevarse todas las pertenencias de sus fallecidos padres. Entre esas mugres, Jason encuentra su acta de nacimiento, pero ¡sorpresa! descubre que su madre no era su madre. El nombre de su madre biológica aparece borrado por la humedad, pero logra distinguir una "S" al principio. El güerco busca los nombres de mujeres que comienzan con "S" en la agenda de su padre, y encuentra sólo tres. Hace una búsqueda en la Baticomputadora y descubre que todas ellas están en el Medio Oriente. Sin decirle nada a su protector, se lanza a Beirut para buscarlas.

Al mismo tiempo, Joker escapó y, coincidentemente, ha decidio volverse un villano internacional y vender un misil nuclear a fundamentalistas chiítas en Beirut. Batman lo sigue y se topa con Robin, quien, coincidentemente, sigue a una mujer espía israelí que logró meterse con los tipos que le comprarán la bomba a The Joker, y quien podría ser su madre.

En este punto, la historia no es sólo inverosímil, sino también muy aburrida. Los diálogos son pésimos, el ritmo es lento y ¿quién demonios imagina a Batman luchando con radicales musulmanes en Líbano, como quiera? En fin...

Batman y Robin frustran los planes de Joker y descubren que la chida espía israelí (quien es chidísima y bienintencionada, como todos los espías israelíes) no es la madre de Jason. Bu. Van en busca de la segunda mujer, quien, coincidentemente, también estaba en Beirut y, coincidentemente, se trataba de Lady Shiva. Sí, de alguna manera no se dieron cuenta de que era Lady Shiva, a pesar de que su nombre era Shiva, su archivo decía que era mercenaria, y es una de las rivales más serias de Batman, la artista marcial que iguala o supera sus habilidades de combate cuerpo a cuerpo. ¿No se supone que Batman es el mejor detective del mundo? Por Dios...

Por supuesto, ambos héroes derrotan a Shiva. Sólo queda una mujer más por visitar, esta vez en Etiopía. Ella es una doctora que trabaja con un equipo de ayuda humanitaria. Coincidentemente, Joker también la conoce y la busca para chantajearla, amenazando con decirle a todo mundo sobre su oscuro pasado (aparentemente ella había matado a alguien por un acto de negligencia médica) si no le entrega no sé qué tantos camiones con medicinas. El caso es que ella es la verdadera madre de Jason y recibe a su hijo con mucha alegría. Pero cuando Joker la captura, Jason se da cuenta de lo que sucede e informa a Batman. Los dos superhéroes se ven obligados a separarse, y Batman ordena a Jason que vigile el lugar donde se encuentran su madre y Joker, pero le prohibe tomar acción hasta que él regrese. Por supuesto, Jason desobedece y ¡sorpresa! es traicionado por su propia madre, quien se lo entrega a Joker en charola de plata.

¿Qué chingados está pasando aquí? A ver, la madre de Jason está feliz de volver a ver a su hijo, pero luego lo traiciona y mira con indiferencia cómo Joker lo golpea salvajemente con un crowbar (la única parte chida del cómic), fumándose un cigarrillo por mientras. Joker como quiera la traiciona a ella y la deja amarrada a una columna del lugar con una bomba de tiempo a sus pies. Jason, medio muerto por la verguiza que le acaban de meter, logra desatar a su madre y le dice que huya de ahí. Su madre, arrepentida, le responde que no saldrá del lugar sin él y lo lleva a cuestas hasta la puerta, que encuentra cerrada. La bomba explota y los mata a ambos.

Batman llega y alcanza a oír las últimas palabras de la madre de Jason. Lo extraño es que, aunque todo el almacén está hecho polvo por la explosión, los cadáveres están enteros. No tienen partes mutiladas y no están calcinados, ni siquiera un poco quemados. Como sea, Batman quita toda la evidencia que apunte hacia él o hacia Joker y las autoridades toman la explosión como un accidente. Es que limpiar una escena del crimen como ésa es algo tan sencillo...

Pero eso no es lo peor del cómic. Sí, hay más. Éste probablemente sea uno de los momentos más ridículos de la historia del Batman moderno: Joker es contratado por el Ayatolá para ser el delegado iraní ante la ONU. Así es. Y, como diplomático, tiene inmunidad en Gringolandia. Ni Batman ni nadie puede tocarlo. Pero como quiera Bats visita a su payaso archienemigo y le revela el nombre de Robin:



Ciertamente, cualquier persona con medio cerebro activo habría podido relacionar la estancia de Bruce Wayne en Medio Oriente y la muerte de Jason Todd con la presencia de Batman en ese mismo lugar y la muerte de Robin, pero esto es absurdo. You were responsible for what happened to Jason. Y Joker es tan estúpido que ni se da cuenta. ¿Dónde diablos estaban los editores? En serio...

Bueno, a pesar de que políticamente sería un movimiento muy idiota poner como delegado ante Naciones Unidas a un conocido asesino psicopático con una personalidad disociada, y a que si algo así sucediera lo lógico sería mandar a la chingada a Irán sin pensarlo dos veces, Joker atiende sesión en Nueva York. Y, obviamente, intenta matar a todos con su gas letal de la risa, pero Superman interviene y salva el día. No obstante, Sups deja que Batman lidie con Joker, cosa que prueba ser un error, ya que esto termina con un diplomático muerto y muchos daños materiales. Joker recibe una bala en el pecho y el helicóptero donde viajaba se desploma. Por supuesto, sobrevive a causa de algún milagro. Fin.

Ése fue el patético final de Jason Todd. Sin gracia, estilo, inteligencia o emoción. Los dibujos no son nada del otro mundo, el diálogo es torpe, la historia es estúpida, ridícula y aburrida. Se supone que esta serie debió ser triste, oscura y deprimente, pero no tiene absolutamente nada de eso. De verdad, tengo más emociones para mi excusado que para las situaciones sentimentales que se describen en este cómic. Y mejor no hablaré del mensaje político tendencioso, idiota y superficial que transmite.

The Killing Joke se publicó meses antes que A Death in the Family, y mostró una calidad abismalmente superior, en todo sentido. Batgirl era otro personaje del cual debían deshacerse, pero vaya si supieron lograrlo. La manera en que Joker la deja paralítica de un simple balazo, la desnuda y le toma fotografías que luego muestra ampliadas a su padre en un intento por volverlo loco fue algo genial. Y ni hablar del vínculo entre Batman y Joker que ahí se reveló. Ése sí fue un cómic profundo. Pero lo escribió Alan Moore. Jim Starlin fue el responsable de A Death in the Family, y, predeciblemente, después de ello siguió una carrera muy poco sobresaliente como escritor de cómics.

Por supuesto, ése no fue el final de Robin, y de hecho tampoco el de Jason Todd. Robin regresó como Tim Drake, un personaje más ameno e inteligente (y ahora con pantalones), que como quiera suele trabajar independientemente de Batman, ya sea por cuenta propia o como parte de los Teen Titans. Hace unos pocos años, Jason Todd fue resucitado debido a alteraciones en dimensiones paralelas (o algo así) y regresó como villano. Sobra decir que sigue sin ser un personaje convincente.

La muerte de Robin pudo haber sido algo realmente grande, trágico y memorable. Es increíble la forma en que transformaron en basura a una idea con tanto potencial.

lunes, 5 de enero de 2009

Movies

Jacob's Ladder. Un clásico del horror que se me había pasado. Atmósfera urbana, pesadillesca, entre los barrios pobres de Nueva York en días nublados. Una variedad de monstruos/demonios oníricos realmente perturbadores, lugares claustrofóbicos, asquerosos, llenos de suciedad, sangre, pus y gore; se nota que los juegos de Silent Hill se inspiraron bastante en esto (Jacob's Ladder fue la primera película en usar el efecto body horror de movimiento de cabeza en retroceso rápido, que luego se volvió muy cliché). Se le clasifica como "terror psicológico", ya que se supone que todo ocurre en la torcida cabeza del protagonista, cuyo papel es representado de manera impecable por Tim Robbins. Visualmente esto es una maravilla. El único problema que tengo con este filme es que no logró contar una historia coherente. En realidad, la estructura narrativa es pésima, el ritmo a veces es demasiado lento y, a pesar de su potencial, no tiene la menor profundidad. La historia es tonta y ridícula. Pero vale mucho la pena por todo lo demás. Por cierto que, si consiguen el DVD, asegúrense de ver las escenas borradas, en particular la de "The Antidote"; para mí, es una de las mejores secuencias en la historia del cine de terror, y no tengo la menor idea de porqué la dejaron fuera.

First Snow. De un tal Mark Fergus, que aquí debuta. Guy Pierce protagoniza. Trata acerca de un vendedor sin escrúpulos que, para matar el aburrimiento, va con un adivino quien le dice que morirá pronto, y que sólo estará seguro hasta que caiga la primera nieve. Guy Pierce se empieza a volver medio loco cuando ve que muchas de las profecías del adivino se empiezan a cumplir y se mete en un embrollo horrible. Excelente actuación. La dirección es bastante sobria, sin nada aventurado, pero muy efectiva. La fotografía me gustó mucho. La historia toma un tema trillado, pero lo maneja muy bien. Al menos a mí me convenció y mantuvo mi atención. Los personajes son memorables, las actuaciones muy buenas, el drama es profundo. Lo interesante del filme es cómo desarrolla los sentimientos conflictivos del protagonista y la transformación que se lleva a cabo en su interior, siguiendo más o menos un esquema de tragedia griega. Sí cumplió, al menos en mi opinión.

Transiberian. Ni siquiera entretiene.

WALL-E. Bonita película. La del robot que recoge basura en una Tierra postapocalíptica, donde los habitantes del planeta se han ido al espacio exterior mientras las condiciones de sostenimiento vital se estabilizan. El personaje les quedó excelente; es bastante tierno y muy simpático. La animación es sorprendente. El trabajo artístico quizás sea el mejor que ha hecho Pixar hasta ahora: la película está llena de colores vívidos y efectos que incluso parecen realistas por momentos. Valdría la pena verla nada por eso, pero la historia -aunque con un mensaje moralizante y ecologista muy explícito- es convincente a su manera infantil. La idea de robots esclavizantes vs robots más humanizados es muy bien tratada aquí.

Little Children. El debut como director de Todd Field, quien sólo había sido actor secundario en varias películas. Trata acerca de la relación adúltera que forman una mujer que lleva un matrimonio patético y un hombre también casado, pero con problemas para llevar una vida adulta. También entran en escena un pedófilo que intenta controlar sus impulsos, y un expolicía que lo acosa y lo expone ante todo el mundo. El género está entre la comedia y el drama (pero sin tragedia... o con tragedia minimizada... o algo así), y la película es efectiva en ambos aspectos. Es muy graciosa y el drama y la tensión son bien desarrollados. La fotografía es muy bonita y colorida, dándole una imagen medio irónica al ambiente idílico en que vive el gringo de clase media-alta. La dirección es muy buena y la estructura muy sobria y tradicional. Las actuaciones -en especial la de Kate Winslet- son excelentes. Por cierto que hay una cierta carga simbólica en esta película, que puede parecer absurda en primera instancia (ésa fue la reacción de mis amigos), pero que, según yo, tiene mucho sentido. Como sea, a mi me gustó mucho esta peli.

The Element of Crime. Si no entiendo mal, ésta fue la primera película de Lars von Trier. Cuenta la historia de un detective autoexiliado en Egipto que regresa a Europa para tratar de encontrar a un asesino en serie. Él utiliza un método de investigación considerado "anticuado" por sus colegas, que consiste en ponerse en el lugar del asesino, en poder pensar como él. Lo que impresiona aquí es la técnica visual. Considerando que es un filme de 1984, sigue siendo muy impactante. Trier utiliza un filtro de tonalidades de rojo y amarillo en toda la película, que -debo decirlo- cansa mucho los ojos, pero da un efecto muy particular. El estilo es extremadamente surrealista y muestra una Alemania decadente, sucia, tétrica y sombría. Todas las escenas son nocturnas y el ambiente es de lo más denso y opresivo. El trabajo artístico es una genialidad. Pero es Lars von Trier, lo cual significa autoindulgencia exagerada. (Todavía no se le quita, y dudo que eso pase a estas alturas.) El ritmo de la película es lento y la densidad de la trama exige demasiado de la audiencia. En realidad, la historia no es nada del otro mundo y siento que no era necesario complicarla tanto. La película no dice gran cosa y su valor más que nada está en su estilo visual.

sábado, 3 de enero de 2009

Dogma 2000 ciberateniense

Tomado de La Nueva Ciudad de Dios, de Andoni Alonso e Iñaki Arzoz (Madrid, Siruela: 2002. p. 297). (Ver entrada anterior del blog para obtener una mejor comprensión de esta madre.)


Dogma 2000 ciberateniense:

1. El intelectual ciberateniense debe renunciar a la verdad absoluta y definitiva sobre Ciberatenas.

2. El intelectual ciberateniense sólo debe hablar o escribir sobre aquello que sabe o ha aprendido a ciencia cierta.

3. El intelectual ciberateniense debe abstenerse de utilizar la ciberjerga siempre que sea posible.

4. El intelectual ciberateniense, siempre que sea posible, debe compartir y continuar su tarea reflexiva en la Red al mismo tiempo que, si trabaja en la Red, debe ofrecer al menos una parte significativa de su reflexión en formatos no tecnológicos.

5. El intelectual ciberateniense debe manifestar y estimular siempre su buen humor crítico para no caer en la tentación apocalíptica.

6. El intelectual ciberateniense debe abstenerse de hacer profecías y vaticinios sobre el Futuro y renunciar a toda utopía.

7. El intelectual ciberateniense debe ofrecer por cada crítica contra el tecno-hermetismo una propuesta alternativa.

8. El intelectual ciberateniense debe evitar manifestarse con entusiasmo o pesimismo al referirse a las tecnologías digitales, los ordenadores e Internet.

9. El intelectual ciberateniense nunca debe pasar más de un tercio de su día activo conectado al ordenador o Internet.

10. El intelectual ciberateniense debe estar abierto a todas las críticas y someterse a permanente y rigurosa autocrítica (lo cual no significa no defenderse de ambas). Y en consecuencia debe manifestar públicamente sus pecados contra el dogma ciberateniense.


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Eh, Amén, supongo. Aunque en realidad yo sólo cumplo con 4 de los mandamientos del décalogo. Frecuentemente hablo de lo que no sé a ciencia cierta (aunque siempre admito que son especulaciones; y eso ni siquiera está mal, que no me jodan), mi personalidad siempre ha tendido hacia lo apocalíptico, suelo ver el futuro muy muy sombríamente, no siempre soy propositivo, me es difícil ser neutral en lo referente a las tecnologías digitales, y a veces paso más de un tercio del día frente a la compu. Pero con lo demás estoy chido.

En general, no creo que haya mucho problema con mi actitud (la verdad es que me vale verga), exceptuando quizás lo de ser no propositivo (eso sí medio me preocupa). Es probable que yo cambie, como quiera.

viernes, 2 de enero de 2009

La Nueva Ciudad de Dios


La Nueva Ciudad de Dios es un libro escrito por un par de profesores españoles, Andoni Alonso e Iñaki Arzoz, y publicado por editorial Siruela en 2002. Los autores lo llaman "ensayo cibercultural", entendiendo la "cibercultura" no como una cultura que específicamente gire alrededor de los avances tecnológicos y cibernéticos, sino como la cultura general de la que formamos parte. Es decir, la "cibercultura" efectivamente ha brotado de las tecnologías cibernéticas, pero su influencia ha sido tal que ha revolucionado la manera de pensar y vivir el mundo.

La tesis que estos autores sostienen es que, con estos nuevos cambios y el nacimiento de la era de la información, se ha empezado a crear -inconsciente, semiconsciente o, en algunos casos, muy conscientemente- una especie de movimiento religioso secular, al cual aquí llaman "digitalismo". Los escritores sostienen que dentro de la consciencia colectiva comienza a surgir una serie de nuevos mitos, ambiguos y difusos, todavía no muy bien definidos, pero entre los cuales se pueden distinguir algunas imágenes y símbolos básicos. El esquema de esta nueva religión parece ser tradicional, y sus antecesores se remontan al misticismo gnóstico, al cristianismo y, especialmente, al hermetismo medieval y renacentista. Es por esto que a este nuevo movimiento religioso también lo llaman "tecnohermetismo".

El mito o figura central de este nuevo culto es La Ciudad de Dios que Agustín de Hipona propuso en su tiempo como una apología del cristianismo; es decir, la Jerusalén Celestial en la cual, según la creencia, el Hijo del Hombre resucitará a las almas justas, derrotará a Satanás y gobernará en armonía por la eternidad. Por supuesto, se trata de un mito que está presente en diversas formas a través de centenares de culturas, pero la Jerusalén Celestial es particularmente relevante en nuestro contexto occidental y en su presencia cada vez mayor en un mundo globalizado.

En resumen, lo que ahí se expone es que el pensamiento cientificista moderno está creando, a su manera secular y hasta atea, una nueva forma de religiosidad que conduce a una especie de filosofía utópica, creada a través de predicciones tecnológicas y consejos prácticos para el futuro inmediato. La utopía no es propuesta de una manera directa, moralista y airada (como lo hicieran -y hacen- miles de líderes políticos y religiosos del pasado); se transmite más bien a través de una actitud optimista, casi enteramente centrada en los avances técnicos, con la cual se predice un final o transición cultural (una especie de apocalipsis light) que, a juicio de sus defensores, traerá más bienes que males. Ese ideal no es otra cosa que la Ciudad de Dios agustiniana, revalorada a la luz de nuestra situación actual.

Entre los apologistas de esta Nueva Ciudad de Dios, destacarían nombres como Bill Gates, Frank J. Tipler, Alvin Toffler, Nicholas Negroponte, Michael L. Dertouzos, Esther Dyson, por mencionar unos pocos. Por supuesto, tan difusa como es esta Nueva Ciudad de Dios, no todo aquí se divide en blanco y negro; hay autores, como el filósofo Peter Sloterdjik y el intelectual Kevin Kelly (fundador de la revista Wired y quien por cierto hizo una contribución muy buena a este libro), que a veces se muestran ambivalentes y hasta contradictorios en sus ideas. El caso es que la naturaleza de este nuevo pensamiento utópico está ligada a una idiosincracia muy norteamericana que pretende expandirse hasta ocupar todo el globo. En pocas palabras, lidiamos con una forma de imperialismo.

Es por esa razón que los autores opinan que el nombre auténtico de la Nueva Ciudad de Dios sería, en todo caso, Nueva Babilonia. Por supuesto, en la historia de la humanidad abundan lecciones acerca de las terribles consecuencias de las ideologías utópicas e imperialistas, de su fracaso inherente, su dogmatismo y el desastre humano, social y cultural al que invariablemente conducen. Es por esto que aquí se propone la creación de una "Ciberatenas" en contraposición a la Nueva Babilonia. Pero esta Ciberatenas no es una contrautopía ni se sitúa aparte de la base del "Ciberimperio". Al contrario, Ciberatenas no es menos virtual que la Nueva Babilonia, y fluye dentro de la dinámica de las tecnologías cibernéticas. Es como una ciudad dentro de una ciudad, un espacio virtual y autónomo contenido en el ciberimperio, que operaría con un espíritu más libre.

Ciberatenas seguiría siendo un ideal, mas no una utopía. Se describe a Ciberatenas como una posición subversiva pero a la vez mediadora, donde se busquen y se generen propuestas y proyectos alternativos a los del Ciberimperio. Como la antigua Atenas, en esta ciudad alternativa se debe tener la meta de forjar una cultura ilustrada, pero siempre con un constante sentido autocrítico (después de todo, Atenas nunca fue una ciudad perfecta). De manera satírica, los autores muestran un decálogo ciberateniense, donde se renuncia a postular verdades absolutas, se incita a investigar con apertura y buen humor, se niega la veracidad de las utopías y se hace una propuesta o proyecto por cada crítica al Ciberimperio.

(En la siguiente entrada voy a escribir el décalogo; vale la pena darle un vistazo.)

Así como lo entendí, la actitud del "ciberateniense" sería similar a la del "caballero de resignación infinita" de Kierkegaard, quien sabe que nunca alcanzará el ideal del individuo pleno, pero no por eso deja de buscarlo.

Ésa es la tesis principal del libro, y su propósito es el de incitar a la gente a crear "cibercultura" libre, abierta, comunitaria, crítica y propositiva. En el libro se analiza con mayor detalle la serie de nuevos mitos ciberculturales, que incluyen el cuerpo, el arte, la arquitectura, el conocimiento y la divinidad. También se indaga en las raíces del Ciberimperio y el "tecno-hermetismo", y se hacen propuestas acerca de cómo debe actuar el intelectual, el filósofo y el educador frente al digitalismo y sus tendencias imperialistas. Igualmente, los autores hacen un pequeño análisis acerca del uso de los géneros literarios como instrumentos de difusión y creación cibercultural.

Algo que particularmente me gustó mucho de este libro fue la inclusión de una especie de glosario, donde definen su propuesta a grandes rasgos, y lo dejan abierto para que la gente lo complemente, expanda y modifique de acuerdo con sus propias ideas.

Con el libro también se incluyó un CD-ROM que contiene artículos y textos complementarios de varios otros autores. También abrieron una página web en editorial Siruela dedicada al proyecto; pero de eso hace ya casi siete años. El sitio ya no existe y los escritores se han enfocado en otros proyectos que en muchos sentidos continúan con el espíritu de La Nueva Ciudad de Dios. En cualquier caso, las ideas esenciales de este libro siguen siendo bastante vigentes y cobran nuevos sentidos con fenómenos como la revolución opensource, la casi inminente caída de Microsoft y, en general, con los cambios políticos y económicos por los que atravesamos en estos momentos.

Realmente no había leído un libro tan estimulante en mucho tiempo. Expone ideas complejas de una manera muy clara, está firmemente clavado en la realidad, no es nada pretencioso, es erudito sin caer en la pedantería, muestra una actitud muy bienintencionada, participa del espíritu actual pero se deslinda y busca trascender el posmodernismo a través de sensatez pura. Además, incluye un centenar de referencias interesantísimas para continuar indagando en los múltiples temas que trata. Definitivamente es una lectura que recomendaría a todo mundo.